¿De qué va el Zen Yoga?

El Yoga Zen que enseño no es ningún neologismo New Age. No son dos palabras biensonantes puestas juntas sin conocimiento de lo que significan. Mi maestro, Julian Daizan Skinner es un veterano practicante del yoga y maestro Zen que ha puesto junto dos tradiciones antiquísimas para crear una disciplina de auténtica unión de cuerpo y mente.

Cualquier profesor de yoga que se precie te dirá que el yoga no son solo poses bonitas o equilibrismos imposibles, que no es una gimnasia como cualquier otra, pero no es fácil encontrar a alguien que te diga qué es. Eso es lo que me pasaba con mi primera maestra, me decía: «No te obsesiones con la postura. No va de eso» y aunque yo no estaba para nada obsesionado con la postura sí que, como creo que muchos alumnos y muchos profesores que uno puede encontrar, sí que consideraba cada nueva postura como hitos en un camino hacia un mayor dominio y conocimiento del yoga.

Desde entonces, algo ha llovido. Ahora que me toca a mí enseñar, también me toca plantearme qué quiero ofrecer a mis estudiantes. Qué es el yoga para mí. Qué quiero que sean mis clases.

Cuando comencé a enseñar yoga (como voluntario en la prisión de Almería) en 2018, aún no me había formado con Daizan y mi mayor influencia (e incluso a día de hoy) era mi maestra Olga Uclés (www.yogamuladhara.com). Sus clases eran equilibradas, completas y aunque físicamente exigentes, uno salía de ellas con más energía que con la que entraba. Traté de enseñarle esto mismo a los internos. 

Después, cuando decidí que era hora de formarme como profesor de yoga, lo hice con mi maestro de meditación y con Zenways (www.zenways.org). En parte porque ofrecía un descuento en el Yoga Teacher Training para aquellas personas que trabajaban en algún tipo de proyecto de ayuda altruista como el que realizaba en la prisión.

Ahora mismo, Daizan está terminando un libro sobre el yoga que él enseña y que llama Zen Yoga. En la introducción a su libro, que publicó en su perfil de Facebook, habla de que los tres pilares del Zen Yoga son 1) la alineación física 2) la atención plena 3) energética.

Alineación física – La escuela Zen Soto enarbola el eslogan “Igi-soko-buppo” – “el buen porte o postura es el dharma de Buddha.” El posicionamiento del cuerpo en la quietud y el movimiento afecta cualquier otra dimensión del ser y el Zen lleva siglos consciente de esta verdad.
Mindfulness – El maestro Zen Thich Nhat Hanh declara: “Defino el mindfulness como la práctica de estar plenamente presente y vivo en un cuerpo y una mente unidas”. A mi maestro le gustaba el término munen que tiene un uso muy antiguo en el Zen y puede ser traducido como “no-mindfulness”. Me explicó que este término no significa olvido o descuido, sino lo opuesto. La entrada al mindfulness es a menudo un estado de elevada conciencia de nosotros mismos – un estado dualístico en el que nos monitoreamos a nosotros mismos. Munen refiere a una presencia no-dual en la que el observador y lo observado se unifican. Este es el tipo de percepción que cultivaremos en nuestra práctica.
Energética – Si nos remontamos a las mismas enseñanzas del Buddha encontramos que menciona en varias ocasiones los cuatro objetos del mindfulness: la práctica dirigida hacia la mente, los objetos mentales, el cuerpo y las sensaciones. Aplicando la atención plena a uno de estos cuatro objetos nos ofrece en sí toda una vía de desarrollo espiritual. Cuando nos implicamos en la liberadora práctica de la atención plena a las sensaciones y despertamos a la realidad de lo que, momento-a-momento, se siente en el cuerpo, la sensación de vitalidad en nuestro organismo se vuelve más y más clara. Con esta clarificación, el trabajo que el maestro Zen Eisai y otros proponen de armonizar los órganos para promover la salud y el bienestar y realzar la vitalidad comienza a tener más y más sentido.

El maestro Richard Freeman habla de que su primer profesor de yoga solo le enseñó una postura: zazen (https://www.lionsroar.com/two-roads-diverged/) (meditación sentada). Pero mi maestro Daizan trae al Zen y al yoga muchas más herramientas que la simple concentración en la postura. Aunque esto de por sí puede ofrecerte toda una vida de desarrollo espiritual, en el Zen Rinzai también utilizamos koanes y movimientos energéticos para hacer nuestra práctica un poco más dinámica y llevarla del zafu (cojín de meditación) al resto de horas del día.

El Zen Yoga bebe también no solo del yoga indio sino del Do-In, el yoga chino emparentado con el Qi Kung, el Tai Chi y la Medicina Tradicional China. Es por eso que también hay un uso especial de los meridianos energéticos del cuerpo, con un hincapié en el correspondiente a cada una de las estaciones (la cultura china concibe cinco: otoño, invierno, primavera, verano y verano tardío).

Yo no sabía nada de meridianos energéticos y la verdad es que me sonaba todo un poco a cuento chino. Tuve la oportunidad de hablar con Mark Kuren Westmoquette, astrofísico y estudiante avanzado de mi maestro, y le pregunté: “Todo esto de las energías y los chacras, ¿es todo un salto de fe? ¿Tengo que creérmelo para entrar al club?”. Él me dijo: “Nada de eso. Nada de saltos. Solo hay que probarlo. Ver si funciona.” Y eso es lo que he estado haciendo. Y sí. Funciona.

Wellcome Library, London. Creative Commons Attribution

Mark también me habló de un par de libros en los que se establecen paralelismos importantes entre estos meridianos de la Medicina Tradicional China y el tejido de fascia que recubre órganos, músculos, huesos y demás partes del cuerpo. Parece ser que el origen de estos meridianos hay que buscarlo en el desarrollo embriológico, en la forma en la que las dos células iniciales (esperma y óvulo) van formando todos los órganos y tejidos del cuerpo humano. El libro del Dr. Keown The Spark in the Machine es la mejor fuente para entender bien estos procesos.

Durante nuestra formación tratamos todos estos detalles de la anatomía esotérica (chakras, mudras y todo lo demás) pero también, por supuesto, la física. Pero Daizan no nos dio una lista de posturas o secuencias que pudieran llamarse Zen Yoga. ¡Teníamos nosotros que buscarnos la vida! El Zen siempre ha sido muy consciente de que cuando se transmiten las palabras sin haber previamente una experiencia, las formas tienden a anquilosarse y a volverse inertes. Daizan nos animó a trabajar desde lo que sentíamos.

Encontrar no solamente un trabajo personal, que le sirva una persona particular, a mí, es un asunto. Enseñar, guiar a personas en cómo pueden mover su cuerpo para sentirse mejor, para conocerse mejor, para ser mejor, es otra historia. Es una historia que, en mi caso, apenas ha comenzado.

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